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La validación funcional a través de la impresión 3D ha permitido que NGNY Devices reduzca sus costes de producción y pueda acelerar significativamente el tiempo de comercialización de sus productos. Gracias a sus BCN3D Sigma, cuentan con prototipos funcionales de sus máquinas automáticas en solo una semana.
Desde 2015, NGNY Devices trabaja en el diseño y fabricación de equipos automáticos para la manipulación de materiales, elementos u otros dispositivos. Sus productos generalmente se encuentran en laboratorios clínicos automatizados, aquellos que analizan las muestras de sangre y orina cuando nuestro médico solicita un análisis.
Estas máquinas manejan tubos de ensayo: los clasifican, destaponan, copian, retapan, centrifugan, etiquetan e identifican. Cada uno de estos equipos puede clasificar hasta 1,000 tubos por hora, así que, en el caso de los laboratorios en que están activos 24 horas, ¡procesan hasta 24,000 tubos al día!
Cada máquina NGNY sirve para un propósito diferente y tiene que ser completamente personalizada para el cliente. Por eso, la compañía trabaja constantemente en concebir nuevas piezas que permitan realizar nuevas funciones. Para acelerar sus procesos de diseño y fabricación, NGNY utiliza la impresión 3D para la validación funcional de las partes diferenciales de cada máquina.
Pruebas funcionales rápidas y fáciles gracias a la impresión 3D
Antes de comenzar a integrar la fabricación aditiva en su flujo de trabajo, el personal de NGNY diseñaba cada nueva pieza o iteración y la enviaba a un proveedor externo, donde era mecanizada. Se trataba de un proceso lento y costoso, lo que significaba que la iteración debía limitarse al mínimo y que lanzarse a desarrollar algo completamente nuevo era un riesgo que debía considerarse cuidadosamente, por lo que las posibilidades de innovación quedaban limitadas.
Buscando una manera de reducir sus costes y acelerar su tiempo de comercialización, en 2016 recurrieron a la impresión 3D con dos impresoras BCN3D Sigma. Tras cuatro años de trabajo con esta tecnología, en palabras de Joan Viladomat, CEO de la compañía, "la impresión 3D nos ha ayudado mucho en el desarrollo de prototipos, porque reduce los tiempos de iteración y nos da una sensación real del funcionamiento de cada máquina".
Flexibilidad y libertad para innovar
Con la confianza de que, con la fabricación aditiva, la iteración es rápida y económica, en NGNY Devices comenzaron a considerar desarrollar algo nuevo: una pinza eléctrica. Este complejo mecanismo utiliza motores y engranajes muy detallados, y requiere una precisión absoluta.
Al realizar pruebas funcionales a través de la impresión 3D, explica Viladomat, pudieron evaluar en numerosas ocasiones el funcionamiento de la pinza, ajustando los engranajes y los dedos de esta máquina, hasta que alcanzaron su objetivo final de contar con un prototipo completamente funcional.
Según Tomeu Ventayol, responsable de proyectos en NGNY, "la flexibilidad y la velocidad de desarrollo que posibilita" hace que la impresión 3D sea la solución ideal para la validación funcional. "Nos permite evaluar muchos aspectos de cada pieza en muy poco tiempo, reduciendo enormemente el tiempo de comercialización".